Otro de los pilares básicos de unos buenos hábitos de vida es la alimentación.
A través de una alimentación saludable se pueden prevenir muchas dolencias, mantener en buen estado nuestro cuerpo y mente y ayudar a paliar los efectos de algunas patologías ya existentes.
Aunque la buena alimentación es clave en todas nuestras etapas de la vida, en la tercera edad se convierte en un elemento básico por varios motivos. Por un lado, los requisitos nutricionales varían durante esta etapa, por lo que la alimentación debe adaptarse a lo que requiera la persona en cada momento.
Hemos de preparar menús adapatados para asgeurarnos del bien estar de nuestros mayores, y de que, en cada comida reciban los nutrientes necesarios. No sólo los controles médicos y las medicaciones son una parte importante de su salud, sin duda, la alimentación también lo es. Tampoco podemos dejar de lado el hecho de que muchas personas llegan a esta etapa de la vida con algunas dolencias adquiridas: diabetes, hipertensión etc. por lo que la alimentación además debe ser la adecuada para no agravar dichas patologías.
Uno de los peligros de las personas mayores con respecto a la alimentación es que lleven una alimentación inadecuada, tanto en composición como en cantidad, ya que muchas veces se pierde el apetito y esto puede derivar en desnutrición. Hemos de vigilar que no sufran inapetencia y que coman todo lo necesario a lo largo del día, ya que es un suceso común en muchos pacientes.
Por eso es importante reforzar conceptos alimenticios mediante la reeducación y, además, controlar que la persona se esté alimentando adecuadamente todos los días y que no existan carencias nutricionales.
Este control, es una excelente vía para que la persona mayor se implique más en el cuidado de su alimentación es mediante le realización de talleres adaptados de cocina, como el que proponemos en nuestro centro de día de Madrid.
En estos talleres encontrará varios beneficios. Por un lado, aprenderá qué alimentos le benefician más y cuáles debe evitar, pero, además, le enseñaremos a prepararlos de tal forma que resulten apetitosos.
Por otro lado, parte de lo que se cocina en estos talleres se consumirá posteriormente en el propio centro. Participar en la propia elaboración de su propia comida también resulta una actividad muy motivadora.
Por eso, dentro de nuestras actividades, proponemos talleres de repostería y cocina adaptadas de los que sabemos que nuestros usuarios se benefician en múltiples aspectos.
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