La continua búsqueda de estrategias, métodos y actividades que puedan ayudar a un envejecimiento lo más saludable posible ha llevado a los especialistas a explorar nuevas áreas de tratamiento, como es el caso de la musicoterapia y la danza.
La música es positiva en todas las fases de nuestra vida, ayudándonos a centrarnos en el presente, a relajarnos, a retrotraernos a momentos felices. Por eso, podemos beneficiarnos de ese sentimiento positivo que genera en las personas para convertirse en una actividad de refuerzo de otras, dentro de un plan integral de tratamiento.
La musicoterapia es la utilización de la música y sus elementos para promover y facilitar la comunicación y bien estar entre los distintos usuarios. Este tipo de terapias además mejoran la memoria, la percepción, la atención, los sentidos como el oído y el tacto y distintas habilidades cognitivas.
Lo que aparentemente puede parecer una actividad meramente de ocio, se ha convertido en una herramienta muy útil y una de las terapias que pueden servir de ayuda en el tratamiento de algunos pacientes incluso que sufren enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer.
Gracias a varios estudios y la experiencia de especialistas se ha podido observar que este tipo de terapia ofrece beneficios.
La música además suele ejercer un efecto muy positivo de por si es un estímulo de carácter positivo que incluso contribuye a calmar estados de ansiedad o nerviosos.
En nuestro centro de día de Madrid, utilizamos técnicas de rehabilitación y desarrollamos actividades complementarias combinando aquellas más clásicas con otras más modernas de forma que proporcionemos un plan de atención personalizado y adaptado a cada usuario.
La musicoterapia y danza es una de las actividades complementarias que realizamos, ya que son de ayuda para muchas personas. Adaptamos esta actividad a la condición física y mental de la persona para obtener los máximos beneficios que nos aporta.
La musicoterapia además de beneficiar a los usuarios por sus incontables cualidades, beneficia muscular y articularmente ya que se realizan actividades de danza en las que se necesita movimiento. El mero hecho de bailar y moverse al ritmo de la música beneficia al bien estar físico de los pacientes pudiéndose combinar con otras terapias de refuerzo físico.
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